Por qué la Hermenéutica Cristotélica es más fiel al texto bíblico que la Cristocéntrica
Posted on: 19 Dec, 2024
Cuando hablamos de interpretar la Biblia, surgen dos enfoques comunes: la hermenéutica cristocéntrica y la cristotélica. A primera vista, ambos pueden parecer similares porque ambos reconocen que Cristo es el cumplimiento de la revelación de Dios. Sin embargo, la diferencia entre ellos es clave: el cristocentrismo tiende a leer a Cristo en cada pasaje de la Biblia, mientras que el cristotelismo respeta el desarrollo histórico del texto y entiende que Cristo es la meta (telos) de la Escritura, sin forzar su presencia en lugares donde el contexto no lo indica.
En este artículo, quiero demostrar por qué el enfoque cristotélico es más fiel al texto bíblico y cómo evita interpretaciones que pueden distorsionar el mensaje original.
1. La Escritura se interpreta a sí misma
Uno de los principios básicos de la hermenéutica es que la Escritura debe interpretarse a sí misma (2 Pedro 1:20-21). Esto significa que no debemos imponer un significado externo a un texto, sino dejar que el contexto determine su significado.
El cristocentrismo, al intentar ver a Cristo en cada versículo, puede terminar imponiendo significados que el autor humano no tenía en mente y que el Espíritu Santo no inspiró con ese propósito. Por ejemplo, en Jueces 6, cuando Gedeón pone un vellón de lana para confirmar la voluntad de Dios, algunos intentan convertir esto en una figura de Cristo, pero el texto no sugiere tal conexión. Gedeón simplemente buscaba una señal divina, no estaba estableciendo una tipología mesiánica.
El cristotelismo, en cambio, respeta la intención del autor y reconoce que aunque Cristo es la culminación de la historia bíblica, no cada versículo lo menciona directamente.
2. Jesús mismo enseñó una interpretación cristotélica
Cuando Jesús habló con los discípulos en el camino a Emaús, les explicó cómo las Escrituras hablaban de Él (Lucas 24:27), pero no dijo que cada versículo lo mencionaba directamente. Más bien, les mostró cómo Moisés, los Profetas y los Salmos apuntaban a Él como el cumplimiento del plan de Dios (Lucas 24:44-45).
Si Jesús hubiera usado una hermenéutica cristocéntrica extrema, habría señalado cada detalle del Antiguo Testamento como una referencia directa a Él, pero no lo hizo. En lugar de eso, mostró cómo la historia de la redención avanzaba progresivamente hacia su cumplimiento en Él.
3. Los apóstoles usaron una hermenéutica cristotélica
En el Nuevo Testamento, vemos que los apóstoles citan el Antiguo Testamento de manera cristotélica, no cristocéntrica. Ellos no torcieron el significado original de los textos para ajustarlos a Cristo, sino que mostraron cómo Cristo cumplía lo que ya estaba escrito.
Por ejemplo, en Hechos 2:16-21, Pedro cita a Joel para explicar el derramamiento del Espíritu en Pentecostés. No cambia el significado de Joel ni lo convierte en una alegoría de Cristo, sino que muestra cómo se cumple en el tiempo de la Iglesia.
Del mismo modo, en 1 Corintios 10:1-4, Pablo habla de cómo Israel en el desierto bebió de "la roca espiritual, que era Cristo", pero esto no significa que Moisés y los israelitas entendieran que la roca era literalmente Cristo. Pablo usa la imagen para explicar cómo Dios estaba obrando en la historia y cómo Cristo es el cumplimiento final del propósito divino.
4. Evita alegorizar en exceso el Antiguo Testamento
Uno de los problemas del cristocentrismo es que puede llevar a interpretaciones alegóricas que desvirtúan el significado original del texto.
Por ejemplo, algunos han dicho que el arca de Noé representa la cruz de Cristo, que el tabernáculo es un mapa codificado de la vida de Jesús, o que cada personaje del Antiguo Testamento es una sombra de Cristo. Si bien hay tipologías legítimas que la propia Biblia confirma (como Adán en Romanos 5:14 o el cordero pascual en 1 Corintios 5:7), no todo en el Antiguo Testamento es un símbolo de Cristo.
El cristotelismo permite que la tipología surja de manera natural, basada en la interpretación que los propios apóstoles hicieron de las Escrituras, en lugar de buscar conexiones arbitrarias.
5. La historia de la redención sigue un desarrollo progresivo
Dios no reveló todo su plan de redención de una sola vez, sino que lo hizo progresivamente. El pacto con Abraham (Génesis 12:1-3), la Ley de Moisés (Éxodo 19-20), el reino de David (2 Samuel 7), y los profetas apuntaban a algo mayor, pero cada uno tuvo su significado en su propio contexto.
El cristocentrismo puede saltar este desarrollo y leer el Antiguo Testamento como si cada versículo estuviera directamente relacionado con Jesús, sin considerar la manera en que Dios fue revelando su plan paso a paso.
El cristotelismo, en cambio, reconoce este progreso. No distorsiona el mensaje original de los pasajes, sino que muestra cómo todo se encamina hacia Cristo sin forzar significados.
Conclusión
La hermenéutica cristotélica es más fiel al texto bíblico porque permite que las Escrituras hablen en su propio contexto, respeta el desarrollo progresivo de la revelación y sigue el modelo que Jesús y los apóstoles usaron al interpretar el Antiguo Testamento.
Cristo es la meta de toda la historia bíblica (Romanos 10:4), pero eso no significa que cada versículo de la Escritura hable directamente de Él. Forzar a Cristo en cada pasaje puede llevar a interpretaciones erróneas que desvían el verdadero significado del texto.
Si queremos ser fieles a la Palabra de Dios, debemos interpretar la Biblia como lo hicieron Jesús y los apóstoles: reconociendo a Cristo como el cumplimiento de la historia de la redención, pero sin distorsionar lo que cada texto enseña en su propio contexto.
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